Colocá 1 sobre de anilina común por cada litro de agua, y 2 cucharaditas de sal en un tacho donde entren los papeles abiertos.
El papel que utilicé es el de madera común, tiene que ser de un gramaje no menor a 80 grs.
Arrugalos previamente para ahorrar tiempo, yo los corté de tamaño A4 porque era como los necesitaba y para que la anilina tome mejor en los bordes.
Sumergilos en el agua, no te olvides de usar guantes, procurá apretujarlos bien para que absorban bien el color, pero con cuidado para que no se rompan.
No los dejes mucho tiempo dentro del agua, este papel es bastante resistente, pero es papel.
Colgalos en un lugar donde no les dé el sol ni el viento y poné los broches con cuidado, cosa de no lastimarlos.
Se secan en poco tiempo, pero cuidá que estén bien sequitos antes del próximo paso.
Para plancharlos buscá una tela que proteja la tabla y la plancha, así la próxima ropa que planches no se te mancha.
De paso protegés el papel del calor. Probá cuán caliente está la plancha y andá regulándola así no se arruina el trabajo.
Con los papeles planchados tenés el trabajo terminado, ahora imaginá las miles de posibilidades que tenés para usarlos...
Si tus hijos te ayudaron, pensá qué especial va a ser para ellos tener el cuaderno o carpeta de la escuela forrado con algo que ellos mismos hicieron, y mucho mejor todavía si es algo que hicieron con vos.
Y no desperdicies la tintura sobrante! siempre hay una prenda manchada, o que necesita un cambio.
Hacelo vos mism@.
